
Por: Ortelia Valaldolid Bran, coordinadora del Área de Incidencia y Desarrollo de Cutivalú.
En el año 2013, la Asamblea General y los Estados miembros adoptaron la resolución A/RES/68/192 y designaron el 30 de julio como el Día Mundial contra la Trata. En la resolución, se señala que este día es necesario para «concienciar sobre la situación de las víctimas del tráfico humano y para promocionar y proteger sus derechos».
Por lo señalado, es necesario que la ciudadanía conozca y tome conciencia; que la trata de personas es un delito pluriofensivo, porque afecta muchos derechos como el de la vida, la libertad, educación, dignidad y muchos otros. Asimismo, es la captación, traslado, retención y explotación de las personas bajo la finalidad de explotación sexual, explotación laboral, mendicidad, tráfico de órganos y venta de niños. En ese sentido el delito de la trata de personas es la cosificación de los seres humanos, la esclavitud del siglo XXI, que se vincula fuertemente a la corrupción, informalidad y al sistema machista patriarcal.
Las principales víctimas son niñas, adolescentes y jóvenes mujeres. Estas víctimas quienes son captadas, entre otros, a través de falsas ofertas laborales, padrinazgo, seducción y grouming. Esta ultima, es una forma de captación virtual por redes sociales como el Facebook o WhatsApp. Las adolescentes están expuestas en mayor magnitud a este tipo de captación porque consiste en falsos perfiles, envió de solicitud y a partir de aquí se inicia un proceso de “enamoramiento”, en el que se ganan la confianza hasta lograr una cita personal. Es ahí donde las víctimas se dan cuenta que se trata de un engaño, comienza el chantaje, amenaza, el traslado y la exportación que, por lo general, de acuerdo a las estadísticas es sexual.
En este mes patrio, en nuestro país existe la oportunidad para que el Estado priorice la implementación de la política contra la Trata, a través del Ministerio del Interior y los otros ministerios involucrados teniendo en cuenta la articulación con de las comisiones regionales de lucha contra la trata de personas, las organizaciones sociales de base y las empresas privadas.
El accionar debe estar enmarcado en escenarios que el “Diagnostico situacional sobre la trata de personas y delitos afines, en el contexto de la emergencia humanitaria en la región Piura”-2021 pone como las prioridades a atender, tales como: la mendicidad, servidumbre no remunerada, agricultura, minería ilegal, bares, cantinas, trabajo sexual. Es necesario profundizar en el análisis sobre las victimas reales, que no necesariamente están encadenadas, sino que mas por el contrario en muchas de las víctimas se naturaliza, pero además en sus familias y comunidad.

Es necesario, masificar la información de la existencia de este delito, el modos operandi, causas, consecuencias, magnitud y el grave nivel de afectación a las personas, ya que son tratadas como cosas, sin duda.
Si conocen de algún caso de trata de personas, bajo cualquiera de las finalidades y en cualquier escenario, no duden en llamar a las líneas 1818 del ministerio público, 0800 00 205 del ministerio público y 0800 15 170 de la Defensoría del pueblo.