
Durante un evento protocolar se registró un hecho bastante particular. Mientras conversaban, el congresista Segundo Quiróz hace un señalamiento nada tranquilo, como si se tratara de una amenaza directa a la mandataria. La respuesta de la presidenta fue aún más cuestionable, pues trató de calmar la actitud del legislador, palmeando su espalda.
Un momento después, la jefa de Estado se moviliza a saludar a los escolares que participaban de la actividad, pero es tomada del brazo por el congresista Quiroz, quien parece seguir increpándole algo a la presidenta.
Y usted, ¿qué opina?