
Te presentamos el comentario de hoy
Por: Ortelia Valladolid Bran, coordinadora de Incidencia y Desarrollo de Cutivalú
En el 2023, Piura registró 64 niñas menores de 14 años que dieron a luz, según el Sistema de Registro de Certificado de Nacido Vivo (CNV). En tanto, hay 8 los partos en niñas a marzo del 2024, mientras que a nivel nacional son 142 las niñas madres.
La gran mayoría de estos partos son productos de violaciones sexuales. Cabe mencionar que existe un incremento de uniones tempranas, es decir niñas con niños; y lo más triste, niñas con adultos.
Lo señalado es una triste realidad que ubica a nuestra región en el séptimo lugar de partos en niñas en el país. Ante ello, el Estado peruano debe obligar la implementación de la estrategia de Educación Sexual Integral (ESI) como medida preventiva y de protección de las niñas y niños. Para ello, se debe comenzar con el conocimiento de su cuerpo y las redes de apoyo en su casa, escuela y comunidad. Por lo tanto, en la ejecución de la estrategia es necesario la participación obligatoria de las madres y padres de familia.
Sin embargo, una comisión del Congreso de la República presentó proyectos de ley para prohibir la ESI. Aludieron que no es necesario porque con la ESI se promueve la homosexualidad, la promiscuidad, entre otros. Por el contrario, la finalidad de esta estrategia es que las y los estudiantes vivan su sexualidad de manera integral, saludable y responsable, de acuerdo con su madurez y etapa de desarrollo y que establezcan relaciones interpersonales democráticas, equitativas y respetuosas.
Así también, la ESI brinda herramientas para que las y los adolescentes puedan expresar sus emociones y sentimientos. También les enseña a decidir con libertad y responsabilidad cuándo iniciar las relaciones sexuales y con quién. La ESI es un derecho de los niños, niñas y adolescentes de todas las escuelas del país públicas y privadas, confesionales y laicas. Su aplicación abarca desde el nivel inicial hasta el nivel superior de formación docente y de educación técnica no universitaria.
En los partos de niñas menores de 14 años de edad están involucrados familiares directos como padres, padrinos, tíos, primos, etc. Ellos actúan como violadores y en muchas ocasiones estos casos son ocultos por la misma familia. Es por ello que no se denuncian o lo que es peor, se denuncian y no se accede a justicia.
Queremos niñas y no madres, pero es necesario que los garantes de derecho desde el Congreso, los ministerios, direcciones regionales, establecimientos de salud, comunidad educativa, centros emergencia mujer, PNP, demás instituciones y operadores pongan en agenda pública esta problemática y coordinen unas a otras para su atención integral.
Como esperanza, la que no debemos perder, quiero proponer una estrategia muy importante y de mucho compromiso. Estoy hablando de la creación y funcionamiento de redes de mujeres para el soporte y el acompañamiento a otras mujeres que son vulnerables frente a la violencia de género en sus diversas formas y el delito de la trata de personas. Exijamos actuación, son niñas, no madres.
Este comentario llegó gracias al proyecto Mujeres trabajando por la igualdad, que ejecuta Cutivalú en concorsio con Flora Tristán. Es financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID) y con el soporte técnico de la Asociación de Investigación y Especialización sobre Temas Iberoamericanos (AIETI).
Te invitamos a leer nuestro próximo comentario.