
Por: Wilmer Fernández – Director de Cutivalú
El agua es el elemento vital del cual no puede prescindir ninguna persona ni familia en su desarrollo de vida diaria. El agua es un derecho humano reconocido en la Constitución de 1993, en el artículo 7, el cual dice que “el Estado reconoce el derecho universal y progresivo de toda persona de acceder al agua potable. [El Estado] Garantiza este derecho priorizando el consumo humano sobre otros usos”.
Esta referencia a la Constitución Política del Perú es importante. Establece el mandato a toda autoridad, nacional, regional y local, de garantizar el acceso a agua de toda la población de manera continua. Por eso, si existen aún poblaciones que no tiene acceso al agua potable de manera permanente, o por una semana o por tres días, es una razón fuerte para pensar en que las autoridades, respecto al acceso a agua, no están realizando bien su trabajo como lo establece la Constitución.
En Piura, las últimas informaciones vertidas a la población es que las provincias de Piura, Sullana, Talara y Paita se quedarán sin agua en unos días. Esta crisis de acceso al agua potable no solo afecta a quienes no tienen un sistema de agua y drenaje, sino a todas las actividades económicas.
Este fin de semana, más de 100 mil personas de Piura, Castilla y Veintiséis de Octubre se quedaron sin agua desde el viernes. La región está sufriendo un estrés hídrico que pondrá en riesgo el acceso al agua de la población y muchos de los cultivos como el arroz y otros. Profesionales de EPS Grau han anunciado que ya quedan reservas de agua solo para un mes, siempre y cuando este consumo sea exclusivamente humano. No queda agua para otras actividades, lo que impactará en las principales actividades agrícolas de la región.
El principal reservorio de la región, que debería almacenar 1000 millones de metros cúbicos de agua de las lluvias, no está almacenando en toda su capacidad por la gran cantidad de sedimentos que aún no se ha logrado limpiar. Solo cuenta con una capacidad de 349 millones de metros cúbicos, apenas 35% de su capacidad. No hay otras reservas de agua. Toca esperar la llegada de las lluvias. No obstante, se anuncian sequías hasta fines de año. Para el colmo del problema, la región de Piura no cuenta con un plan hídrico o de contingencia ante la falta de agua y, por tanto, no tiene financiamiento necesario para paliar el impacto de la falta de agua en la población y en sus actividades productivas.
La falta de agua ya es un hecho que nos va a afectar a todos los piuranos y piuranas. Sin embargo, esto nos debe hacer reflexionar sobre nuestra actitud frente al uso de agua. En primer lugar, las personas tenemos que hacer buen uso de la poca agua que llegue a nuestras casas, evitando desperdiciarla, regando menos los jardines porque el consumo humano tiene prioridad, reusando aguas que pueden ser reutilizadas; debemos hacer uso del agua pensando en que otras personas lo necesitan también.
En segundo lugar, las autoridades deben comenzar a tomarse en serio el problema de la falta de agua en la región. Aquí podemos decir que el hecho de que falte el agua en una región como Piura esta relacionada directamente con la falta de previsión de las autoridades políticas. Por ejemplo, se debieron dar alternativas para resolver el problema de sedimentación de la represa de Poechos para devolverle su capacidad de almacenamiento de agua; planificar la construcción de otras represas para aprovechar el agua de las lluvias del verano; en estos días, poner vigilancia para que las empresas agrícolas no lleven el agua que está asignado para consumo humano; perforar pozos subterráneos de manera urgente.
Es apremiante poner en emergencia el problema de acceso a agua, asignando los recursos financieros y humanos, para lograr soluciones a corto, mediano y largo plazo.