La desinformación contribuye a la violencia hacia niñas y adolescentes

Las especialistas Ortelia Valladolid y Milagros Mendoza abordan la violencia de género en nuestro país.

Foto referencial.

Una de los factores que contribuye a la violencia de género, sobre todo hacia las niñas y adolescentes, es la desinformación en los padres y madres de familia, instituciones educativas, centros de salud y otras instituciones públicas y privadas.

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Así lo sostuvo la especialista en género y desarrollo social Ortelia Valladolid Bran: «Es un problema multicausal, la desinformación en varios niveles”. Añadió que debe haber operadores especializados en estos servicios de atención a los niños, niñas y adolescentes, especialmente entre los 10 y 14 años, pues es la etapa más compleja de la adolescencia.

Esto a raíz de las alarmantes cifras de la Dirección de Salud sobre mujeres embarazadas de entre 10 y 19 años, que indican que desde el 2015 hasta marzo del 2018 se han registrado 19.781 embarazos adolescentes. Pero lo más preocupante es que de ese total, 178 son niñas de entre 10 y 14 años, 19 de estas en el primer trimestre del 2018.

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¿EMBARAZOS CONSENTIDOS?

Para la directora del Centro Ideas, Milagros Mendoza Urbina, el embarazo en niñas menores de 14 años en su mayoría es producto de una violación.

Según un estudio de dicha ONG, la mayoría de los casos de embarazos adolescentes (10 a 19 años) ocurrió en hogares violentos. “El 70 % de las niñas que tratamos dijeron que en su familia recibían un trato violento por parte de su papá y mamá”, comentó Mendoza.

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Otro resultado detectado es que las adolescentes embarazadas no tienen una adecuada información sobre educación sexual y reproductiva en sus hogares, mucho menos en sus centros educativos. Además, proceden de zonas muy pobres donde no suele haber servicios básicos y hay una gran dependencia del padre, hermano, primo o tío.

“Todas estas condiciones ubican a la menor en una situación vulnerable. La violación el punto final de todo un proceso de violencia expresado inicialmente en acoso y agresión”, explicó Milagros Mendoza.

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Ortelia Valladolid coincidió en que las niñas embarazadas muy probablemente fueron víctimas de violación, o por lo menos seducidas, al no tener la madurez suficiente para tomas decisiones.

Ambas especialistas indicaron que la tarea pendiente es implementar una educación con enfoque de género, la cual tiene como eje fundamental la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, pues al mismas capacidades, se debe garantizar las mismas oportunidades en todos los campos de la vida para que tengan un desarrollo integral.

“En varias oportunidades las mujeres se embarazan como resultado de la idiosincrasia de las comunidades. Como eres mujer, vas a tener un marido, tus hijos, y por lo tanto no necesitas estudiar. Si hubiera la educación con enfoque de género, se entendería que las mujeres no solo tienen el rol reproductivo, o para la casa, sino que también tienen las capacidades para un desarrollo integral”, añadió Valladolid.