

Wilmer Fernández, director de Cutivalú
Este sábado pasado, 8 de marzo, fue el día internacional de la mujer. Una fecha de conmemoración de las luchas de las mujeres por su participación en la sociedad y su desarrollo como personas en pie de igualdad con los hombres. Sin embargo, ese día importante para la sociedad mundial, se vio de todo en el Perú. Muchas personas salieron a marchar, otras fueron a eventos en el cual se hicieron memoria a todas las mujeres caídas en la lucha por los derechos de las mujeres. Otras personas felicitaron a las mujeres, otras dieron flores y otros regalos. Otras personas fueron indiferentes. Más de un hombre renegó del día pidiendo que los hombres también celebren su día. El mercado por su parte, que todo lo metaliza o lo mercantiliza, promoviendo la compra de regalos y celebraciones, difundió mensajes que invisibilizan el sentido de memoria y balance de las luchas de las mujeres por sus derechos. Los políticos y políticas oportunistas como Dina Boluarte y otros salieron a dar discursos los mismos que han sido rechazados por muchas mujeres por estar vacíos y llenos de mentiras

Marcha 8M por las calles de la ciudad de Piura
En el Perú aún no es tiempo de saludar y celebrar ese día, pues aún persisten desigualdades e inequidades entre hombres y mujeres. Por ejemplo, de cada 10 casos de violencia que ocurren en el Perú, 8 son provocadas por los hombres contra las mujeres; de cada 10 hombres sólo 02 hace tareas domésticas en sus hogares, las tareas de la casa aún están sólo sobre los hombros de las mujeres. En el Perú, una mujer gana entre 474 y 550 soles menos que un hombre en promedio, muchas veces en los mismos puestos de trabajo; de cada 10 mujeres que trabajan 8 lo hacen condiciones de informalidad, sin beneficios sociales; respecto a la participación política de la mujer, solo el 9% de candidaturas a las gobernaciones y alcaldías fueron mujeres, es decir, de cada 10 candidaturas sólo una es mujer. Esta lista puede ser más larga. Lo que queremos decir aquí es que no es tiempo de regalar, celebrar, sino de garantizar derechos a las mujeres. Y que este día nos recuerda lo mucho que falta por la equidad entre hombres y mujeres que tiene que ser todos los días del año.
El 8 de marzo es memoria y resistencia. Los hombres en vez de preocuparnos por comprar un regalo para una mujer debemos primero preguntarnos ¿Tengo actitudes machistas con las mujeres de mi casa y del barrio? ¿respeto a las mujeres? ¿Soy corresponsable en mi casa o, mejor dicho, comparto las tareas domésticas? ¿Asumo el cuidado de la familia porque es mi familia? ¿Participo de las luchas por los derechos de las mujeres? ¿Ayudo a otros hombres a reflexionar sobre la importancia de la igualdad entre hombres y mujeres? Esta reflexión es más importante en estos tiempos, en que los discursos conservadores y fascistas buscan que la mujer se quede arrinconada como ama de casa. En estos tiempos, en los que tenemos autoridades políticas que han hecho retroceder los avances en la igualdad de género. Este día internacional de la mujer nos recuerda a todos y todas, por ejemplo, que no debemos tolerar en el Perú que se borre el Ministerio de la Mujer; que se quite el lenguaje inclusivo de nuestras escuelas; que se nos prohíba por decreto ley hablar sobre “violencia de género” y “feminicidio” a nuestros hijos e hijas. Este día nos recuerda que no debemos tolerar la impunidad de los violadores de niñas, de los acosadores de mujeres, de los pegalones de mujeres, de los políticos ignorantes que quieren decirnos qué debe significar “equidad de género” por decreto ley. Este día debe recordarnos los nombres de esos seudo partidos políticos antigénero como Fuerza Popular, Renovación Popular, Perú Libre, Alianza para el Progreso, que han hecho leyes que buscan que las mujeres tengan menos participación en la vida política y pública del país. El 8 de marzo es memoria y resistencia.